martes, 26 de marzo de 2013




Tú eliges el lugar de la herida

en donde hablamos nuestro silencio.


Tú haces de mi vida

esta ceremonia demasiado pura.

Alguien entra en el silencio y me abandona.

Ahora la soledad no está sola.


Tú hablas como la noche.
Te anuncias como la sed.

Emboscado en mi escritura
cantas en mi poema. 

Rehén de tu dulce voz
petrificada en mi memoria.

Pájaro asido a su fuga.
Aire tatuado por un ausente.

Reloj que late conmigo
para que nunca despierte.

Yo no sé de pájaros,

no conozco la historia del fuego.

Pero creo que mi soledad debería tener alas.